En el marco de la Cumbre de Acción Climática convocada por las Naciones Unidas la semana anterior, se celebró el décimo aniversario de Iniciativa de Bolsas de Valores Sostenibles (SSE por sus siglas en inglès). Esta iniciativa es una red conformada por los actores que participan en los mercados de capitales de los miembros de la ONU. En un período de tiempo relativamente corto, un llamado a la acción de la comunidad inversora por parte de las bolsas y los reguladores para promover la transparencia sobre el desempeño y la estrategia de sostenibilidad de las empresas que cotizan en bolsa encontró terreno fértil en el trabajo del Pacto Mundial, UNCTAD, UNEP-FI y el Banco Mundial por medio de los Principios para Inversión Responsable (PRI).
Hoy, el grupo pionero de cinco mercados que asumió la tarea de promover la inversión sostenible a largo plazo ha crecido hasta abarcar a casi todos sus pares en el mundo. Los esfuerzos realizados por los miembros de la SSE han permitido concretar un consenso sobre temas clave en la agenda sostenible y la iniciativa también ha proporcionado herramientas para la adopción de mejores prácticas y estrategias clave para que la industria logre los cuatro ODS que han sido identificado como una prioridad por sus miembros.
Aún así, y a pesar de una década fructífera, el papel que los mercados de capitales deben cumplir para abordar los desafíos inherentes a los ODS está lejos de completarse. Para las bolsas de mercados emergentes y pequeños como el de Costa Rica, esto es especialmente significativo. En los países donde los mercados de capitales se encuentran en una etapa muy temprana, el desafío es establecer reglas y regulaciones que alineen el desarrollo del mercado en un marco de sostenibilidad sin sofocar la innovación. El aumento de las soluciones fintech y el vacío que buscan llenar en términos de consumidores financieros desatendidos y pequeñas y medianas empresas (PYME) son un claro ejemplo de dónde se pueden encontrar oportunidades.
Cerrar la brecha de igualdad de género ha demostrado ser una fuerza trascendental para impulsar el desarrollo. Como ha sido el caso en Vietnam, el aumento de la participación femenina en la fuerza laboral aumenta el potencial de crecimiento de la economía al aumentar el grupo de trabajadores disponibles para fines productivos. La inversión basada en el género, en forma de bonos de impacto social dirigidos a las PYME lideradas por mujeres, ofrece grandes posibilidades en los mercados donde los instrumentos de renta fija se negocian en las bolsas.
Las bolsas emergentes pueden tener una capacidad limitada para impactar las condiciones laborales y el crecimiento económico al influir en las empresas que cotizan en bolsa, ya que su número tiende a ser pequeño. Sin embargo, son muy adecuadas para atender las necesidades de las PYMEs como parte de las políticas gubernamentales hacia el desarrollo empresarial, la innovación y la creación de empleo. El factoring en los mercados regulados se está convirtiendo en un excelente ejemplo de esta oportunidad. Por ejemplo, la Bolsa de Valores de Lima en Perú ha transformado con éxito la industria en beneficio de miles de pequeños empresarios peruanos.
En una gran cantidad de países emergentes, las empresas estatales tienen la capacidad de arrojar una gran sombra sobre su desempeño económico. Se puede encontrar que tales empresas carecen de transparencia, pueden ser propensas a la intromisión política y en muchos casos operan con poca competencia. La disciplina de una bolsa de valores regulada, incluso con una participación limitada en el capital de estas empresas estatales, ofrece un excelente camino hacia una mayor transparencia en todos los aspectos del alcance de SGE. Colombia ha recorrido con éxito este camino y es un buen ejemplo a seguir.
Finalmente, la acción climática es quizás el ODS donde los esfuerzos realizados por los mercados organizados de valores impactan directamente a una mayor parte de la población mundial. Las economías emergentes son hoy en día los administradores de las reservas de recursos naturales del mundo. Al mismo tiempo, están consumiendo estos recursos en formas que se desvían de los objetivos de sostenibilidad. Entonces es vital que las bolsas de estos países aprovechen al máximo el Plan de Acción de Finanzas Verdes de la SSE. Recientemente se anunció un ambicioso Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050 que tiene como objetivo lograr una economía de cero emisiones para el año 2050. Los recursos necesarios para lograr este objetivo solo pueden materializarse si la Bolsa Nacional de Valores, y el resto de Los actores de la industria participan de manera efectiva en la promoción de productos y servicios ecológicos a través de una divulgación mejorada, evaluación comparativa efectiva, asociaciones creativas y mayor visibilidad.
El cambio climático es una realidad que se nos impone a una velocidad insospechada. Los participantes en el mercado de capitales nos hacemos presentes con un compromiso renovado para avanzar por la visión de un mundo donde las señales del mercado se alineen con los objetivos de política pública para hacer realidad un mundo mejor para todos.
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