La semana pasada, la bolsa de valores de Estados Unidos, sufrió caídas importantes luego de que Google anunciara que rompía relaciones comerciales con la empresa de telecomunicaciones china Huawei, al restringir el uso de su programa operativo Android. Asimismo, otras empresas estadounidenses se unieron a este veto, mediante el bloqueo comercial contra dicha empresa. Lo anterior, a raíz de un comunicado del 15 de mayo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que declaraba emergencia nacional ante la amenaza que provocaba la compra sin restricciones de productos o servicios tecnológicos extranjeros. Agregado a esto, está la aprobación del aumento de aranceles al 25% a las importaciones chinas, efectuada recientemente.
Debemos preguntarnos entonces, ¿por qué Estados Unidos ha impuesto tales medidas contra China, específicamente? ¿Cuál es el motivo? Porque está claro que estas acciones no solo perjudican a China, sino a ellos mismos y probablemente más que a su oponente. Apple por ejemplo, competencia de la misma Huawei, perdió más de un 3% en sus acciones luego de la noticia. La razón, va más allá de quién domine el mercado de teléfonos inteligentes, de una amenaza de espionaje y de lo que se ve en la inmediatez.
Se estima que, para el 2025, la mitad de las conexiones de los dispositivos móviles en Estados Unidos contarán con la red 5G. La tecnología 5G promete cambiar cada aspecto de la vida cotidiana, pues tendrá un impacto no solo en la conexión de los dispositivos inteligentes, sino que también tendrá implicaciones en la automatización y la inteligencia artificial. Sin embargo, para que la red 5G pueda cumplir estas promesas, ocupa una cobertura de alta frecuencia y para lograr esto, necesita que las antenas estén muy cercanas unas de otras. A pesar de que el costo en infraestructura es elevado, las ganancias son aún mayores.
Cuantificar los beneficios que traería a una economía no es sencillo, pues no solo estamos hablando de casas inteligentes y vehículos autónomos, estamos hablando de toda una revolución en áreas como: medicina, transporte, seguridad nacional y hasta en agricultura, introduciendo de esta forma, el concepto de ciudades inteligentes. Por esta razón, quien logre liderar la industria de la red 5G, estará obteniendo ganancias económicas valoradas en billones de dólares.
Teniendo esto en perspectiva, no resulta sorprendente el ataque directo de Estados Unidos a Huawei, el actual líder en infraestructura 5G. La empresa china incluso ya tiene acuerdos con operadoras en diferentes países para empezar a usar su tecnología. El problema para Estados Unidos es que ninguna de sus empresas tecnológicas está cerca de alcanzar el ritmo de innovación que tiene Huawei en materia de 5G y la guerra comercial las perjudica aún más. A pesar de que la guerra pretende, precisamente, frenar el ímpetu de Huawei por adueñarse del negocio. Se transforma, entonces, en una carrera, donde cada aumento en las tarifas de importación y las acusaciones de espionaje y competencia desleal parecen zancadillas, cuyo objetivo no es nada más que entorpecer y desacelerar el crecimiento de cada una de las economías.
Cómo evolucionará esta carrera no está claro, por lo menos no hasta que se establezcan las reglas de la competencia mediante un acuerdo comercial. Por el momento y a la espera de una nueva reunión para sellar el acuerdo, China ha respondido con un aumento de aranceles al 25% a importaciones estadounidenses. Lo que sí parece seguro es que el ganador de la carrera por instalar la red 5G, establecerá su liderazgo mundial en la era de la cuarta revolución industrial.
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