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CPI de abril en EE. UU.: señales de moderación en la inflación y sus efectos internacionales
El pasado 13 de mayo se publicó el informe más reciente del Índice de Precios al Consumidor (CPI) en Estados Unidos, correspondiente al mes de abril. Los datos mostraron que los precios aumentaron un 0.2% con respecto a marzo, luego de una ligera caída el mes anterior, un resultado que se ubicó por debajo de las expectativas del mercado. En términos interanuales, la inflación se ubicó en 2.3%, su nivel más bajo desde febrero del 2021.
Este informe llega en un contexto donde la inflación ha sido un tema central para la economía estadounidense y global, especialmente después de los fuertes aumentos de precios registrados entre 2021 y 2022. Desde entonces, cada publicación del CPI es seguida de cerca por los mercados financieros y los bancos centrales, ya que brinda señales clave sobre el rumbo de la política monetaria. Para países como Costa Rica, que dependen en gran medida del comercio internacional y del financiamiento externo, este tipo de datos puede influir directamente en tasas de interés, tipo de cambio y precios de insumos importados.
La inflación subyacente, que excluye precios altamente volátiles como los de alimentos y energía, se ubicó en 2.8% interanual. Esta medida es considerada una mejor referencia para analizar las tendencias de fondo en la inflación. A nivel mensual, se situó en 0.2%, 10 puntos base por debajo de las expectativas del mercado.
Inflación general vs. subyacente: evolución y convergencia
Como se observa en el gráfico, tanto la inflación general como la subyacente mostraron repuntes importantes entre 2021 y mediados de 2022. La inflación general alcanzó un pico cercano al 9% interanual, impulsada por choques de oferta, disrupciones logísticas y un rápido rebote de la demanda tras la pandemia. La inflación subyacente, aunque más contenida, también se aceleró, alcanzando niveles en torno al 6.5%.
A mediados de 2022, ambas medidas comenzaron un proceso de moderación, aunque a ritmos distintos. La inflación general cedió más rápido debido a la estabilización de precios en energía y alimentos, mientras que la inflación subyacente se mantuvo elevada durante más tiempo, reflejando rigideces en servicios y alquileres.
La convergencia observada entre ambas curvas desde 2023 evidencia que los factores volátiles han perdido peso en la dinámica de precios, y que las presiones estructurales también empiezan a ceder. Este proceso ha sido fundamental para que la Reserva Federal pueda sostener una postura menos restrictiva, aunque aún cautelosa. Para economías abiertas como la costarricense, esta trayectoria reduce parte de la presión sobre precios de importación y ayuda a consolidar condiciones externas más favorables en el mediano plazo.
Los resultados del informe refuerzan la percepción de que la inflación en Estados Unidos continúa moderando y se encamina hacia el objetivo del 2% que mantiene la Reserva Federal. Si bien persisten ciertas rigideces en sectores específicos, el panorama general apunta a una desaceleración sostenida. Además, los datos sugieren que, al menos por ahora, las tarifas aplicadas por la administración Trump no han generado una presión inflacionaria. Esto es especialmente relevante para el comercio internacional, ya que un entorno de precios más estables reduce la incertidumbre en los flujos comerciales y contribuye a condiciones más previsibles para los socios económicos de Estados Unidos, incluida Costa Rica.
Las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, complementan este panorama. En un reciente discurso, señaló que las tasas de interés de largo plazo se han elevado de forma notable, no tanto por mayores expectativas de inflación, sino por un aumento en las tasas reales y en las estimaciones de la tasa neutral de largo plazo. Es decir, el costo del dinero podría ser más alto de lo que se pensaba hace unos años.
Powell también advirtió que, a futuro, la inflación podría volverse más volátil debido a choques de oferta más frecuentes —como los vividos durante la pandemia o las tensiones geopolíticas—, lo que dificultará la tarea de mantener la estabilidad de precios. En este contexto, recalcó la importancia de que las expectativas inflacionarias permanezcan bien ancladas, ya que esto ha sido clave para que Estados Unidos logre largos períodos de crecimiento sin sacrificar empleo.
Para Costa Rica, estos cambios en el panorama monetario global representan un doble reto: por un lado, adaptarse a un entorno financiero con tasas posiblemente más elevadas por más tiempo; y por otro, prepararse para episodios de mayor volatilidad externa. Para las empresas, entender cómo estos factores impactan sus costos, financiamiento e importaciones será crucial para tomar decisiones informadas en los próximos meses.
El informe de la CPI de abril confirma que la inflación en Estados Unidos continúa desacelerando, acercándose al objetivo de la Reserva Federal. Esta tendencia ofrece un respiro tanto a los mercados financieros como a economías dependientes del contexto internacional, como Costa Rica. Sin embargo, los riesgos estructurales —como la mayor frecuencia de choques de oferta— exigen mantener una política económica flexible, con capacidad de respuesta rápida ante cambios en las condiciones externas. Entender esta nueva normalidad será clave para preservar la estabilidad y fomentar un crecimiento sostenible.
Fuentes Consultadas:
U.S. Bureau of Labor Statistics. (2025). Consumer price index summary - 2025 M04 results. https://www.bls.gov/news.release/cpi.nr0.htm
Federal Reserve Bank of St. Louis. (2025). Consumer price index for all urban consumers: All items less food and energy in U.S. city average. FRED. https://fred.stlouisfed.org/series/CPILFESL